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Gestión de Incidentes

Gestión de Incidentes: principales procedimientos tras un accidente

Saber qué hacer después de que ocurra un accidente es fundamental dentro de la Gestión de Incidentes. Es importante porque, aunque se haga un gran esfuerzo para eliminar la posibilidad de accidentes, el riesgo existe y la prevención no siempre alcanza el 100% de efectividad. Una de las obligaciones de las empresas es garantizar la seguridad y el bienestar de sus trabajadores. En el área de Seguridad y Salud en el Trabajo, la Gestión de Incidentes se encarga de obtener y procesar información suficiente para establecer el origen del problema y corregirlo desde su raíz para evitar la repetición.
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Uno de los obstáculos que encuentra la Gestión de Incidentes para cumplir con su objetivo es el efecto traumatizante que suelen tener los eventos en los que hay lesionados, heridos o tienen consecuencias fatales. Por eso es tan importante saber qué hacer en el momento, pero pensando en el futuro.

¿Qué es la Gestión de Incidentes?

La Gestión de Incidentes es el conjunto de procedimientos y tareas que se desarrollan para investigar, analizar, evaluar eventos que tienen la capacidad para lesionar a las personas en su lugar de trabajo. Basándose en esa información y análisis, la Gestión de Incidentes formula estrategias y acciones correctivas para resolver el problema que generó el incidente o accidente y evitar así que pueda volver a producirse. De esta forma, la Gestión de Incidentes depende de los informes y reportes de los eventos. Los accidentes, por su notoriedad e impacto, obtienen el respectivo informe. En cambio, los incidentes que no producen lesiones pueden pasar inadvertidos sin contar con el registro histórico y documental de lo ocurrido. Hay tres razones para ello: la ausencia de consecuencias graves, que puede llevar a pensar a las personas que no es necesario agrandar el problema; que los empleados no quieran ser responsabilizados o adjudicar la culpa a un compañero; y, finalmente, que el reporte implica emprender procedimientos complejos y a veces se ignora el conducto o canal por el que se debe enviar el reporte. Algunas legislaciones en el mundo obligan a trabajadores y empleadores a informar de accidentes o eventos que causen lesiones. Los trabajadores reportan a sus empleadores y estos, a su vez, a organismos reguladores y de control estatales. La obligación de informar de incidentes y accidentes puede ser normativa. Un ejemplo de ello está en los requisitos de ISO 45001, estándar internacional para la Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo.

¿Qué hacer tras un accidente en el trabajo?

Hacer lo indicado después de que ocurra un accidente, y hacerlo bien, salva vidas en el futuro. Por supuesto, nadie quiere que las personas se lastimen o resulten heridas, pero esos eventos negativos dan la oportunidad de aprender y de identificar un riesgo que no había sido gestionado o en el que no se había aplicado la acción correctiva más efectiva. Dentro de la Gestión de Incidentes, el procedimiento para actuar después de un accidente de trabajo se divide en cinco pasos básicos:

1. Emitir el informe sobre el accidente

El informe inicial es el que da pie al ciclo de resolución del problema. La idea es que este informe se produzca en tiempo real, tan pronto culmina la etapa de atención médica y aseguramiento del área en la que ocurre el evento. El informe lo pueden producir varias personas o una sola. Usualmente lo hacen los testigos directos, si los hay. También puede hacerlo el director del área en la que suceden los hechos. La rapidez con la que se produce el informe es directamente proporcional a la fidelidad de los hechos relatados y la efectividad en la etapa siguiente de la Gestión de Incidentes. En muchas organizaciones la Transformación Digital permite a los trabajadores informar en directo, adjuntando imágenes, vídeos, audios o cualquier otro formato que permita dar a conocer los hechos con la mayor agilidad y fidelidad posibles.

2. Investigación del accidente

Con base en el reporte inicial, el equipo designado emprende la investigación. El equipo puede estar compuesto por profesionales expertos en Seguridad y Salud en el Trabajo (usual en grandes organizaciones) o asignado para cumplir estas funciones eventuales (pequeñas y medianas empresas). Contar con una lista de verificación de tareas para realizar durante la investigación ayudará a evitar pasar algo por alto. Dentro de las actividades rutinarias en una investigación de accidente de trabajo están las siguientes:
  • Entrevistar a la persona o personas, afectadas.
  • Entrevistar a testigos directos e indirectos.
  • Revisar el lugar de los hechos y tomar imágenes, medidas, etc.
Con la recolección de datos y evidencias, el equipo inicia la formulación de teorías sobre lo ocurrido, esperando llegar a la causa raíz del problema. En este punto, la metodología de los “cinco porqués” resulta muy útil en la Gestión de Incidentes.

3. Elaborar el informe final del accidente

El siguiente paso en la Gestión de Incidentes es la producción del informe oficial del accidente. Además de la descripción detallada de los hechos y de las evidencias recopiladas, el informe menciona las metodologías utilizadas y los razonamientos que justifican las conclusiones a las que llega el equipo. El informe finaliza con la formulación de la causa raíz identificada con base en la evidencia. Además, se indican las acciones correctivas necesarias para eliminar el problema y evitar la repetición. El informe se dirige a la Alta Dirección, al director del área de Seguridad y Salud en el Trabajo, al director del área afectada y a las personas interesadas, por ejemplo, en el área financiera, si es preciso asignar recursos para implementar las acciones correctivas.

4. Implementar las acciones correctivas y preventivas

La implementación de las acciones correctivas y preventivas puede involucrar a profesionales de áreas como Financiera, RR. HH, o Gestión de Riesgos. Algunas acciones son sencillas, como la instalación de una superficie antideslizante, por ejemplo, o un pasamanos en una escalera. Otras pueden ser mucho más complejas: cambio en un proceso, capacitación o formación a un grupo de trabajadores, cambios estructurales en una zona de las instalaciones, etc.

5. Revisar y monitorear la efectividad de las acciones correctivas y preventivas

Las acciones implementadas son monitoreadas y verificadas para comprobar su efectividad. El resultado de la revisión puede sugerir cambiar la acción correctiva, modificarla o implementar alguna adicional. En estos casos se sigue el modelo de Gestión PDCA (Planear, Hacer, Verificar, Actuar), lo que implica que se regresa al punto inicial y se repite el ciclo esperando mejorar el resultado final.

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