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Resiliencia climática

Resiliencia climática: qué es y qué riesgos enfrentan las empresas

El cambio climático es un fenómeno que implica riesgos por sus consecuencias y su efecto a nivel global, también en las organizaciones. Tener la suficiente capacidad para adaptarse a él sin perder competitividad es un reto que adopta un nombre cada vez más conocido: resiliencia climática.

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Es, por tanto, el momento oportuno para hablar de resiliencia climática. A continuación, abordaremos cuestiones básicas: qué significa, las razones por las que es importante, desafíos que representa y forma de mejorarla. Todo ello dentro del ámbito de organizaciones y empresas.

Qué es la resiliencia climática

La resiliencia es la capacidad que tiene un ser vivo para adaptarse a condiciones desfavorables o a la irrupción de un agente o un estado perturbador adverso. De esta manera, la resiliencia climática hace referencia a la capacidad de anticiparse y adaptarse a las condiciones que provoca el cambio climático o calentamiento global.

Pero la resiliencia climática va más allá. No se trata solo de acostumbrarse y soportar las nuevas condiciones climáticas. Es preciso transformarse para producir y mantener el mismo nivel de operaciones, incluso ante la presencia de eventos meteorológicos extremos o agresivos.

La resiliencia climática también habla de la necesidad de trabajar para detener el calentamiento global, mejorar la relación con el medio ambiente, disminuir la huella de carbono y las emisiones de gases de efecto invernadero, entre otras acciones útiles para minimizar el impacto ambiental y gestionar los riesgos asociados al cambio climático.

¿Por qué es importante la resiliencia climática?

Las organizaciones necesitan gestionar los riesgos ambientales y de seguridad de sus trabajadores. Es lo aborda la Gestión HSE. La resiliencia climática forma parte de esa gestión, de hecho, es un elemento fundamental por varias razones:

1. Mejora las opciones de continuidad del negocio

Fenómenos meteorológicos consecuencia del cambio climático, como olas de calor extremo, tormentas, inundaciones, tienen capacidad para paralizar a una empresa o, por lo menos, bloquear su cadena de suministro. La resiliencia climática implica desarrollar planes efectivos y probados para garantizar la operación funcional mínima, incluso ante la presencia de eventos disruptivos climáticos.

2. Ahorro de costes

Tomar acciones para prevenir los efectos del cambio climático prepara a la organización para enfrentarlos de forma proactiva. La resiliencia climática protege los activos físicos, como uno de los objetivos prioritarios. Esto representa un importante ahorro al limitar la gravedad de los daños.

3. Mejora la percepción y la confianza en los consumidores

Los consumidores aprecian especialmente a aquellas organizaciones que demuestran su trabajo en el campo de la resiliencia climática. El motivo es doble:

  • Son organizaciones que se preocupan por minimizar el impacto ambiental.
  • Se trata de organizaciones confiables porque es muy probable que en momentos de crisis puedan seguir suministrando sus productos o prestando sus servicios.

4. Promueve el cumplimiento normativo y regulatorio

El cambio climático es una preocupación de orden global. Estados, organismos reguladores e incluso agrupaciones de empresas publican normas, leyes, decretos, requisitos, o solicitudes. Las empresas resilientes en términos ambientales y climáticos se anticipan a la promulgación de exigencias legales, regulatorias y normativas garantizando el cumplimiento.

Cómo identificar los riesgos que afectan la resiliencia climática

Todas las áreas de una organización, todos los proyectos, todos los productos, tienen riesgos asociados. La resiliencia climática también los tiene. Es importante identificarlos y tratarlos. Para ello, se deben seguir cuatro pasos básicos:

1. Identificar vulnerabilidades

Los eventos climáticos para los que necesita prepararse la organización son diversos. Sin embargo, es poco probable que esté expuesta a todos. Por ello, en una primera fase es necesario identificar y evaluar las vulnerabilidades a las que está expuesta.

La ubicación geográfica es un factor determinante, como lo son la forma en que opera la cadena de suministro, los medios de transporte que utiliza o la capacidad de almacenamiento de la organización.

2. Mapear los riesgos

El mapeo de riesgos es una tarea habitual en gestión de riesgos. Su objetivo es crear un mapa que indique puntos críticos, áreas especialmente expuestas a un riesgo, momentos clave, entre otros informes valiosos para analizar y tomar decisiones.

3. Establecer el nivel de sensibilidad

Es evidente que el cambio climático no afecta a todas las organizaciones por igual. Las organizaciones de sectores agrícolas, ganadero o minero, por ejemplo, son mucho más sensibles que las empresas digitales o de servicios en Internet. Pero incluso si una empresa determina una baja sensibilidad, es importante que determine la exposición de cada uno de los eslabones de su cadena de suministro.

4. Determinar la capacidad de adaptación

Para determinar la capacidad de adaptación es necesario establecer la posibilidad de mover la estructura física de la organización, el volumen de los equipos necesarios para garantizar una continuidad de emergencia, el entrenamiento de los trabajadores o la automatización de los sistemas de gestión, entre otros elementos esenciales para la resiliencia climática.

Estrategias para mejorar la resiliencia climática

Gestionar los riesgos identificados es la primera acción útil para aumentar la resiliencia climática. Otras estrategias válidas son:

1. Crear un plan

El objetivo es desarrollar un plan integral que parta de la evaluación de riesgos, las acciones para tratar las amenazas, los planes de contingencia y los mecanismos de monitoreo y revisión.

2. Instalaciones resilientes

La organización necesita adecuar los edificios e instalaciones para enfrentar sin daños, o con los menos posibles, fenómenos meteorológicos extremos. Todo ello de acuerdo con las vulnerabilidades identificadas.

3. Diversificar proveedores

Los proveedores son socios comerciales y estratégicos esenciales. Sin embargo, las prácticas de resiliencia climática recomiendan reducir la dependencia de ellos. Se trata de diversificar, de trabajar con proveedores que provengan de diferentes ubicaciones y que efectúen el suministro por diferentes canales y medios de transporte.

4. Contratar seguros

Una cobertura de seguros no ayuda a continuar operando ante un evento disruptivo. Pero sí subsana el daño financiero, contribuyendo a la recuperación posterior en caso de que condiciones adversas provoque la interrupción de la actividad.

5. Mejorar la gestión HSE

Todo lo que la organización haga para mejorar su relación con el medio ambiente y disminuir su huella ambiental será reconocido como esfuerzo válido para mejorar su capacidad de resiliencia. En este aspecto se incluye la formación y capacitación de los empleados para involucrarse en esos planes y responder de manera eficiente a emergencias climáticas.

6. Implementar tecnología para la gestión

La organización necesita prepararse para afrontar riesgos que no están bajo su control y que no puede prevenir. El consumo de información que demanda la tarea es alto: informes gubernamentales, de ONGs, estadísticas y registros históricos, etc.

Las organizaciones que automatizan y digitalizan su Gestión HSE mejoran sus niveles de resiliencia climática. Tienen, además, mejores oportunidades para cumplir y para ganar la adhesión y apoyo de sus trabajadores y de sus socios en la cadena de suministro.

Software HSETools

Gestión de Riesgos es uno de los módulos que conforman la solución en la nube Software HSETools. Esta plataforma se ha diseñado para ayudar a identificar y evaluar amenazas, entre ellas las que representa el cambio climático para las organizaciones.

La solución es modular, permite elegir las funcionalidades que la organización necesita y crecer con ellas incorporando nuevas funciones si es necesario. Gestión de documentos, seguimiento de la implementación de planes HSE o de requisitos legales y automatización de procesos son solo algunas de ellas.

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