Los Sistemas de Seguridad y Salud en el Trabajo evolucionan y mejoran sus resultados cada día. Ahora se busca eliminar las causas de los problemas desde el origen. Alcanzar la cultura de daño cero es el objetivo. La cultura de daño cero se impone y se adapta con naturalidad a los requisitos de estándares de gestión modernos que exigen la mejora continua. Un aliado indiscutible para alcanzar la cultura de daño cero es, sin duda, la Transformación Digital. La Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo necesita registrar en tiempo real grandes cantidades de datos. Pero también es preciso procesarlos y evaluarlos en muy poco tiempo, cuando el propósito es crear una cultura de daño cero sostenible en el tiempo. Las soluciones en la nube permiten registrar datos y obtener informes las 24 horas del día, los siete días de la semana. Pero también ofrecen un acceso amigable para todos los empleados, en cualquier lugar del mundo, facilitando la integración de flujos de trabajo y de datos y registros provenientes de todas las áreas y todas las ubicaciones de la organización.

¿Cómo identificar riesgos y eliminarlos para crear la cultura de daño cero?

La cultura de daño cero representa la verdadera seguridad. Las cifras de reducción de accidentes, lesiones o enfermedades asociadas a la actividad laboral, por halagüeñas que sean, implican que uno o algunos trabajadores sufrieron impactos negativos por causa de su trabajo. Por supuesto, pasar de 50 accidentes en un año, a tres o cuatro, es un resultado interesante. Pero, ¿por qué no ir tras el cero? En esto se basa la cultura de daño cero. Es una cultura y por tanto requiere concientización y ajuste de la mentalidad. Pero, además, el camino hacia el “cero” incluye los siguientes pasos:

1. Realizar evaluaciones de riesgos constantes y consistentes

Las evaluaciones de riesgos constantes requieren datos e información. Pero también retroalimentan el Sistema con nueva información que permite asumir enfoques nuevos sobre el tratamiento de los riesgos. Las evaluaciones de riesgos periódicas y sistemáticas son consistentes y coherentes. Los controles y medidas de tratamiento son cada vez más efectivos. Con el paso del tiempo, y de las evaluaciones, los resultados mostrarán una disminución de incidentes y cuasi accidentes, y una eliminación total de lesiones o enfermedades asociadas con el trabajo.

2. Realizar Inspecciones y revisiones

Los informes de auditorías y los registros del sistema sobre incidentes, cuasi accidentes y accidentes, conforman una fuente importante para identificar riesgos. La automatización contribuye a la reacción inmediata de los equipos de seguridad y salud en el trabajo. Sin embargo, existe otra forma de encontrar riesgos y amenazas, antes de que generen incidentes y mucho menos accidentes. Se trata de las inspecciones y revisiones programadas y no programadas. Las dos tienen un alto valor en cuanto a información recaudada y a prevención efectiva de riesgos. La inspección no programada, no obstante, tiene un agregado interesante: la fidelidad y confiabilidad de los eventos y de los espacios que se revisan, característica de la que carece la revisión programada.

3. Implementar procesos de investigación proactivos

Los eventos que los profesionales en el área esperan no encontrar, de forma paradójica proveen información valiosa para identificar y mitigar las principales causas de lesiones laborales. Esto, por supuesto, si el proceso es ágil, proactivo y efectivo. Un objetivo inamovible en este tipo de procesos es hallar la causa raíz. Es la única forma de garantizar la no repetición y avanzar en el camino hacia una verdadera cultura de daño cero. El proceso de investigación necesita generar de inmediato una solución urgente que detenga el efecto negativo del problema. Pero, de forma simultánea, avanzar en la construcción de acciones correctivas definitivas.

4. Priorizar los riesgos

Un axioma siempre relevante en el área de Gestión de Riesgos reza que “todos los riesgos no se pueden atender al mismo tiempo”. Esto tiene que ver con los recursos financieros y humanos que es posible destinar a la Gestión de Riesgos. Por eso, el cuarto paso para llegar a la cultura de daño cero es priorizar y categorizar los riesgos. Los criterios de priorización son los usuales: impacto negativo y probabilidad de ocurrencia.

5. Monitorear, revisar y reiniciar

El modelo de gestión PDCA – Planear, Hacer, Verificar y Actuar – es sin duda la herramienta más eficaz para alcanzar el cero de lesiones o impactos negativos para los trabajadores. Planificar procesos y controles, implementarlos, monitorear y revisar su funcionamiento y eficacia, implementar nuevas acciones correctivas de acuerdo con los resultados y reiniciar el proceso, una y otra vez, es sin duda una forma efectiva de alcanzar el objetivo propuesto: la cultura de daño cero. Formación, documentación y registro adecuados y, sobre todo, apoyo tecnológico, completan el kit de herramientas necesarias para proteger de forma integral y total a todos los trabajadores.

Software HSETools

El Software HSETools es una plataforma basada en la nube, que incorpora elementos de Inteligencia Artificial para crear un poco más de quince módulos, diseñados para resolver, automatizar y digitalizar cada una de las áreas que conforman la Gestión HSE. La plataforma gestiona incidentes, programa y facilita inspecciones de seguridad, provee información relevante para la Gestión de Riesgos, entrega informes en formato de mapa de calor, formula predicciones, señala problemas, genera alertas, crea flujos de trabajo… y todo ello lo hace de forma modular. Esto significa que la organización elige los módulos que utilizará, en un comienzo, y complementa su plataforma de acuerdo con sus necesidades y su crecimiento. Cada martes encuentras una nueva oportunidad para ver esta solución en funcionamiento. Es gratis y es virtual. No pierdas la siguiente.