Buenas prácticas para realizar evaluaciones de riesgos de seguridad de forma eficiente

las evaluaciones de riesgos de seguridad y salud en el trabajo son obligatorias y necesarias. Es, sin embargo, un concepto que no es de comprensión universal. Es el conocimiento y comprensión integral de cada uno de los riesgos el primer paso para garantizar la seguridad de los trabajadores. La realización de evaluaciones de riesgos de seguridad periódicas, consistentes y sistemáticas hace que los recursos humanos, económicos y tecnológicos, se invierten en tratar amenazas reales y urgentes. Hacerlo bien requiere adoptar las mejores prácticas. Recopilamos en nuestro informe de hoy las siete mejores prácticas para realizar evaluaciones de riesgos de seguridad que realmente contribuyan a crear espacios de trabajo confortables, saludables y, sobre todo, seguros.

¿Cuáles son las mejores prácticas para realizar evaluaciones de riesgos de seguridad efectivas?

Los espacios de trabajo, unos más que otros, siempre entrañan riesgos para la seguridad de los trabajadores. Incluso una oficina, en un lugar apartado del ruido y el fragor del acontecer de los negocios tiene la capacidad de afectar de alguna forma a un trabajador. Las amenazas no son sólo físicas. Las evaluaciones de riesgos de seguridad, para que realmente impacten de forma positiva la integridad de los trabajadores deben ser realizadas acogiendo las mejores prácticas. Las siete más reconocidas son:

1. Establecer intervalos relevantes, consistentes y coherentes

Las evaluaciones de riesgos de seguridad intermitentes o esporádicas pierden efectividad y sus resultados dejan de ser confiables. Tres o cinco evaluaciones en un corto periodo de tiempo, seguidas de meses sin ninguna acción al respecto, hacen que los resultados sean inconsistentes y que no exista un hilo conductor que siga el modelo PDCA – Planear, Hacer, Verificar y Actuar -. Las evaluaciones deben estar separadas por periodos de tiempo iguales, y necesitan responder a un plan de trabajo elaborado con suficiente antelación. El plan puede ser anual, semestral o trimestral, dependiendo del nivel de riesgo que se presente en la organización.

2. Asignar un equipo profesional

Las evaluaciones requieren la participación de profesionales y trabajadores de diversas áreas. Sin embargo, la conducción y la dirección de la tarea corresponde a profesionales expertos en gestión de seguridad y salud en el trabajo. Los profesionales encargados necesitan experiencia y conocimiento en el área. Algunas organizaciones optan por contratar consultores externos, como una forma de generar transmisión de conocimiento. Otras contratan empleados con experiencia en el área o los forman siguiendo planes de formación y capacitación que buscan subsanar las deficiencias de conocimiento identificadas.

3. Conocer el sector

La industria o el sector al que pertenezca una organización tiene una relación directa con el nivel, el apetito y el tipo de riesgo que enfrentan los trabajadores. Una buena idea es buscar interacción con profesionales que trabajen en organizaciones de la misma industria para conocer estrategias útiles para evaluar y tratar riesgos. Por supuesto, buscar literatura o especialistas en la seguridad y el trabajo, en empresas del sector, será igualmente útil para realizar evaluaciones de riesgos eficaces.

4. Asociar riesgos para cada trabajador

O para cada grupo de trabajadores. Las amenazas que pesan sobre los empleados de contabilidad de oficina, en una organización dedicada a la construcción, no son las mismas que afrontan los profesionales que trabajan en alturas o en estructuras que pueden colapsar en un momento dado. Asociar riesgos a cada área o a cada puesto de trabajo facilita el diseño de estrategias de gestión adecuadas, asignación de recursos efectiva y definición acertada de los Equipos de Protección Individual que cada trabajador requerirá.

5. Documentar la tarea

Retomando la recomendación sobre la periodicidad planificada de las evaluaciones de riesgos de seguridad, es bueno comprender que una de las razones para promoverla es la relación necesaria entre una evaluación y otra. El punto donde termina una evaluación necesita ser el inicio de la siguiente. Para ello, es preciso que la tarea se documente y se registren los eventos y los hallazgos relevantes, y que esta información sea accesible para los profesionales encargados de realizar las evaluaciones de riesgos.

6. Comunicar a los empleados

Las evaluaciones que se mantienen en secreto, o que conforman los llamados silos de información, son tan inocuas como las que nunca se realizan. Los empleados necesitan saber que los riesgos a los que están expuestos son tratados por profesionales expertos y que ellos hacen lo necesario para garantizar su seguridad. Comunicar a los empleados no solo ayuda a generar cultura de prevención y de seguridad, sino que facilita la implementación futura de acciones para prevenir o eliminar riesgos de seguridad y salud en el trabajo.

7. Incorporar tecnología a las evaluaciones de riesgos de seguridad

La seguridad en el trabajo debe ser una prioridad para la organización. Por ello, dotar la gestión con una plataforma que automatice tareas, facilite la incorporación de registros y la entrega de informes de incidentes, por ejemplo, es una forma de garantizar los mejores resultados para la organización y para sus trabajadores.

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