Conoce el Informe Mundial de Inteligencia Artificial aplicada a la salud

Inteligencia artificial

Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado el primer informe dedicado a la inteligencia artificial (IA) y su aplicación en el ámbito de la salud. Asimismo, ha enunciado cuáles son los seis principios rectores relativos a la utilización y a la concepción de la misma. En la actualidad, cada vez son más las oportunidades y desafíos que plantea la inteligencia artificial a las comunidades, los gobiernos y los proveedores. Las expectativas planteadas por la inteligencia artificial son cada vez mayores enfocado a la prestación de atención sanitaria y a la medicina en general en todo el mundo. En este punto juegan un papel muy importante los derechos humanos y la ética, pasando a ocupar un papel central en su despliegue, utilización y concepción.    

Informe Mundial de Inteligencia Artificial

El nuevo Informe Mundial de Inteligencia Artificial desarrollado por la OMS constituye una importante guía para todos los países a la hora de gestionar y aumentar al máximo los beneficios de esta nueva tecnología, minimizando los riegos y trampas que pueda contener. La IA ofrece la posibilidad de mejorar la salud de todas las personas, pero no hay que perder de vista que es posible que sea utilizada de manera indebida llegando a causar riesgos. En los países más ricos se está utilizando la IA para mejorar la precisión, así como la velocidad de los diagnósticos y la detección de enfermedades. Se facilita la atención clínica, se refuerza la investigación y el desarrollo de medicamentos, entre otros muchos asuntos. Entre las ventajas de la IA también se puede mencionar que los propios pacientes manejen el control sobre su propia salud y su evolución. Pero no solo en los países más ricos, en aquellos en desarrollo se podría facilitar asimismo el acceso a la salud, al igual que en las comunidades rurales donde el acceso a los servicios médicos es más complicado. A pesar de todos estos puntos positivos, en el Informe Mundial de Inteligencia Artificial la OMS advierte de que es posible que la sobreestimación de las ventajas de la IA en el campo de la salud traiga consigo peligros, si disminuyeran las inversiones en pro de la cobertura sanitaria universal. Entre los riesgos que pueden presentarse cabe señalar la recopilación y utilización indebida y poco ética de datos sobre salud; los sesgos en el algoritmo; así como otros riesgos de la IA asociados a la seguridad del paciente, del medio ambiente o la ciberseguridad. Es cierto que es necesaria la inversión de los sectores tanto público como privado para que se dé el desarrollo de la IA, sin embargo, la falta de regulación en esta materia podría dar lugar a alguno de los mencionados riesgos. Para evitarlos, tanto los gobiernos, como los proveedores y los diseñadores deberían de trabajar de manera conjunta, basándose en las leyes existentes y en las obligaciones pertinentes en materia de derechos humanos. Solo de esta forma será posible llegar a abordar todas las preocupaciones éticas que puedan surgir a lo largo de la concepción, el desarrollo y el despliegue de una tecnología basada en la inteligencia artificial.  

Principios rectores

Para que la inteligencia artificial llegue a utilizarse en pro del interés público mundialmente, minimizando los riesgos, la OMS ha enunciado seis principios rectores en los que debe basarse la reglamentación y la gobernanza de la IA. El primero hace referencia a la preservación de la autonomía del ser humano en el contexto de la salud. Eso es que las personas sean las dueñas de las decisiones médica, así como de los sistemas de atención de salud. En segundo lugar, se basa en la promoción del bienestar y de la seguridad de las personas y el interés público. Esto se hará a través de controles sobre los diseñadores y en la utilización de la IA. En tercer lugar, se pretende garantizar la inteligibilidad, la transparencia y la claridad mediante la publicación de información antes del despliegue de una tecnología de IA. El cuarto principio promueve la responsabilidad y la rendición de cuentas, para que esta tecnología sea utilizada en condiciones apropiadas y por personas debidamente formadas. El quinto se refiere a la garantización de la inclusividad y la equidad, para que la IA aplicada al ámbito de la salud llegue a alentar el acceso equitativo con independencia de cualquier característica propia amparada por los códigos de derechos humanos. Por último, la OMS clama por la promoción de una IA con capacidad de repuesta y sostenible. Para ello se debería evaluar las aplicaciones que se hacen de la IA para determinar si se está respondiendo de manera adecuada a las necesidades.  

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