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Riesgos laborales con contratistas

Riesgos laborales con contratistas: por qué son un reto y cómo responder desde HSE

Los riesgos laborales con contratistas representan uno de los aspectos más complejos en la gestión preventiva de las organizaciones. La colaboración de terceros, necesaria en proyectos especializados o descentralizados, puede comprometer la seguridad si no se aborda con un enfoque sistemático. No basta con cumplir la normativa: en la gestión de contratistas entran en juego la protección de personas en entornos donde conviven múltiples actores, culturas organizacionales y prioridades a menudo divergentes.
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Es un escenario que requiere del diseño e implementación de estrategias eficaces para gestionar estos riesgos laborales con contratistas. Ya no se trata de una decisión opcional, sino de una necesidad crítica para aquellas organizaciones que trabajan con terceros.

Principales causas de los riesgos laborales con contratistas

Cuando una organización trabaja con fuerza laboral externa, se enfrenta a retos distintos a los habituales en su plantilla fija. La naturaleza temporal, la diversidad de estándares y la falta de integración plena hacen que el entorno sea más propenso a errores en la prevención de accidentes. Los siguientes son factores comunes que elevan los riesgos laborales con contratistas.

Desconocimiento de la cultura preventiva de la empresa

Los contratistas suelen integrarse de forma puntual en la organización, lo que impide una inmersión completa en su cultura de seguridad. Es frecuente que su formación en protocolos específicos sea superficial o se limite a sesiones introductorias, sin profundizar en riesgos concretos ni procedimientos de emergencia. A esto se suma el desconocimiento de los puntos críticos del centro de trabajo, de las áreas restringidas o de los equipos en uso. Este desconocimiento provoca que los riesgos laborales con contratistas se incrementen a causa de errores humanos, reacciones inadecuadas en situaciones críticas, incidentes y una menor adherencia a los valores de prevención.

Inconsistencia en formación y estándares de seguridad

Los trabajadores internos suelen recibir formación continua y adaptada a los riesgos del entorno. Los contratistas, por su parte, pueden provenir de empresas con estándares de seguridad y medidas preventivas diferentes en cuestiones como uso de equipos de protección personal o accesos. La coexistencia de protocolos distintos en un mismo lugar de trabajo puede dar lugar a brechas de seguridad y confusiones operativas.

Falta de responsabilidad directa

Los contratistas, en ocasiones, responden a los términos del contrato más que a las políticas internas de seguridad de la organización. Las acciones preventivas pierden entonces trazabilidad y se pueden crear vacíos en la supervisión y evaluación del desempeño en seguridad. Todo ello dificulta la implementación homogénea de medidas preventivas y reduce la posibilidad de corregir desviaciones. Si la seguridad no está bien definida en el contrato ni vinculada a resultados, se convierte en un área vulnerable, especialmente frente a los riesgos laborales con contratistas que no están bien delimitados.

Barreras comunicativas

Las dificultades en la comunicación con los contratistas complica la coordinación preventiva. Pueden producirse malentendidos sobre procedimientos, desconocimiento de cambios en los protocolos o ausencia de información relevante en tiempo real. La escasa participación en reuniones de seguridad, la falta de acceso a canales de alerta o la rotación de personal sin transferencia de información son factores que deterioran la sincronización y comprometen la capacidad de respuesta ante riesgos. Esto deriva en situaciones donde los riesgos laborales con contratistas se gestionan de forma reactiva y no preventiva.

Plazos y prioridades en conflicto

Los contratistas suelen estar sometidos a presión, lo que puede implicar que se centren en cumplir con los plazos y objetivos del proyecto. En este sentido, la presión por la productividad puede traducirse en omisiones críticas, como la ejecución de tareas sin permiso, el uso indebido de equipos o el incumplimiento de las evaluaciones previas al trabajo. Esta dinámica de urgencia pone en riesgo tanto al personal propio como al externo.

Alta rotación y menor inversión a largo plazo

La temporalidad y alta rotación de los contratistas impide generar una cultura preventiva estable. Además, algunas organizaciones no priorizan su formación o integración en las estrategias de mejora continua, de modo que el riesgo se perpetúa. Cada nuevo equipo requiere una inversión inicial en formación, supervisión y adaptación, que no siempre se realiza. Si no hay un sistema digitalizado que gestione ese ciclo, el control preventivo se diluye y las brechas de seguridad se repiten.

Cómo mitigar los riesgos laborales con contratistas

Abordar el reto que supone mitigar los riesgos laborales con contratistas requiere de políticas específicas en la gestión de terceros:

Establecer procesos sólidos de homologación y selección

Antes de contratar, es clave evaluar el desempeño en seguridad de la empresa subcontratada. La homologación debe incluir criterios como:
  • Existencia de un sistema de gestión HSE propio.
  • Historial de accidentes y medidas correctivas aplicadas.
  • Formación obligatoria y procedimientos internos documentados.

Formación y capacitación específicas

La formación debe ir más allá de charlas introductorias, debe ser práctica, específica y contextualizada, incluyendo:
  • Identificación de riesgos específicos del entorno.
  • Procedimientos de emergencia y evacuación.
  • Uso de EPIs y equipos comunes.
  • Reglas críticas de seguridad.

Supervisión y evaluación continua

El seguimiento no debe acabar con la firma del contrato. Es esencial establecer:
  • Reuniones de coordinación periódicas.
  • Auditorías in situ y revisiones de cumplimiento.
  • Sistemas de reporte de incidentes y observaciones de seguridad.

Gestión del cambio compartida

Los contratistas deben estar informados sobre cualquier modificación relevante en el entorno de trabajo: nuevas tareas, cambios en rutas de evacuación, trabajos simultáneos, etc.

Establecer un marco claro de responsabilidades

Todo contrato debe especificar de forma detallada los compromisos en materia de prevención: quién capacita y supervisa, qué normas se aplican, cómo se gestionan las incidencias, etc.

Uso de tecnología para gestión preventiva

Un software de gestión de contratistas es clave para garantizar una trazabilidad completa. Permite:
  • Controlar la documentación HSE del contratista.
  • Automatizar las validaciones previas al ingreso.
  • Generar alertas de incumplimiento.
  • Hacer seguimiento de acciones correctivas en tiempo real.
Estas herramientas refuerzan la trazabilidad y la agilidad en la toma de decisiones, además de la prevención activa frente a los riesgos laborales con contratistas.

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